Actualmente existen muchos algoritmos específicamente diseñados para codificar audio digital. Algunos permiten comprimir cualquier fuente de sonido PCM, mientras que otros son específicos (sobre todo para el habla humana).
Es el modelo de codificación básico en el que no existe compresión. Codifica cada muestra usando un número constante de bits (un código de longitud fija).
Es una mejora de la codificación PCM donde la siguiente muestra se codifica como una diferencia con la anterior (que es en realidad una predicción), usando un código de longitud fija. La ventaja radica en que como las muestras vecinas tienden a tener valores parecidos, sus diferencias (errores de predicción) suelen ser valores pequeños y por tanto se puede reducir el número de bits para representarlos.
Es una variación de DPCM donde el predictor y/o el cuantificador son adaptativos. Eel predictor se adapta a las características de la señal de audio tratando de minimizar las diferencias entre las muestras y las predicciones. En el caso de usar un cuantificador adaptativo, lo que varía es el número de bits por muestra (en realidad, el número de bits por error de predicción).
LPC es una técnica de codificación diferencial (como ADPCM) en la que el predictor es muy sofisticado y especializado (al menos en sus versiones más iniciales) en la síntesis de la voz humana.
Es una mejora de LPC en la que se utiliza un cuantificador vectorial para codificar los residuos (errores de predicción).
Los seres humanos no captamos toda la información que transporta una señal de audio de la misma forma. Una parte de ella es muy importante mientras que otra es más irrevelante (y en ocasiones, imperceptible). Los codificadores perceptuales dedican más bits de datos a representar aquella información perceptualmente más significativa. Este algoritmo es siempre irreversible (lossy), es decir, nunca se recupera la representación PCM original de la señal.
El formato MP3 de audio implementa un algoritmo PAC.